21/4/11

Relojes de Yamaha XJ 650

Mirando con detenimiento un día el cuentakilómetros me doy cuenta de un detalle en los números: ¡están rayados!. Creo que los han manipulado y esto me deja por los suelos la teoría de que la moto sólo tenía 33000 km reales. Los desmonto y al sacar una de los portalámparas, una pieza en el interior se mueve. Las gomas que hacen como de junta de estanqueidad están totalmente podridas. Intento sacar el aro que actúa de cierre remachado y lo consigo gracias a unos alicates pequeños y viejunos rescatados de la caja de herramientas de mi padre. Al sacar la aguja con un destornillador me sale disparada y la pierdo de vista. Tiempo después descubriré que el truco para sacarla sin muchos problemas es con ¡un tenedor! Para no ponerme nervioso sigo con la inspección del reloj. En efecto, los números están manipulados y voy girándolos hasta descubrir los kilómetros reales: ¡57.000 km!. O sea, que está en un momento delicado del motor: la cadena de distribución es posible que esté próxima a su cambio y no sé si aprovechar para cambiarla, seria duda. Consigo pegar con adhesivo de contacto el portalámparas que se había movido en el interior de la carcasa. Por fin me pongo a buscar la aguja perdida y cuando comienzo a pensar la grandísima cagada que he cometido, la encuentro en otro lugar distinto de donde creía que se había caído en un principio, ¡uf!. Lo monto todo y cierro el aro metálico con un botador y un martillo; no queda mal del todo. Desmonto el cuentarevoluciones también porque la goma está podridísima, igual o más que el otro reloj.
Como no me quedo convencido de los resultados artesanos, semanas después llevo los relojes a AUTOCONTROL, en la calle Entença. El tipo que me coge el pedido se flipa cuando le digo a la moto que pertenecen. Resulta que también es, o había sido motero y me cuenta unas batallitas de una Montesa Crono y una Yam RD 350 que había tenido. Ante esto le cuento la historieta de mi RD claro, y es lo que tiene esto de tener hierros viejunos, las batallitas de turno. Días después me comunican el presupuesto: ¡170 €! Me pregunto que coño les van a hacer y cuanto deben costar nuevos, si los encuentro. Localizar otros de segunda mano que estén mejor que los míos en una utopía y no conozco más talleres que se dediquen a esto. Así que no queda más remedio que pasar por el aro y pagar, aunque desde luego, si llego a saber todo esto no los hubiera llevado a reparar precisamente en estos momentos ya que hay otros asuntos más importantes a los que prestar atención, por ejemplo las putas membranas: con el precio de los relojes tenía pagada una. Al cabo de un tiempo voy a buscarlos y sí, me los han dejado estupendos, pero joder, ¡lo que me han costado! El cuentakilómetros me lo han dejado en 33.000 que es lo que marcaba cuando me dieron la moto. Sólo tengo que acordarme de ir sumándole 24.000 km más para tener controlado el mantenimiento teórico de la moto.