
Lo primero que tenemos que hacer es colocar la moto sobre el caballete central y poner algo debajo de la quilla que nos sirva para elevar la rueda delantera del suelo. En mi caso puse un ladrillo.
Desmontamos el guardabarros y las pinzas de freno para poder sacar libremente la rueda.
Aflojamos y extraemos los tornillos hexagonales que hay en el final de las botellas de la horquilla.
Aflojamos el tornillo del eje de la rueda y con un mazo de nailon golpeamos el eje para extraerlo de su alojamiento. Así podremos sacar la rueda.
Ya con la rueda fuera, la ponemos encima del banco y colocamos dos trozos de madera o algo que no dañe la llanta a modo de distanciador entre la rueda y el banco. Nos servirá para que los discos no se apoyen directamente sobre la superficie.
Con la ayuda de un destornillador plano y el mango de madera de la maza de nailon, sacaremos los retenes. Haremos palanca con el destornillador sobre el mango, muy lentamente pero con fuerza constante, porque está encajado muy fuerte y hay que superar la elasticidad que el retén hace sobre el alojamiento de este. Iremos cambiando de lado para facilitar la extracción.
Con la ayuda de un destornillador plano y el mango de madera de la maza de nailon, sacaremos los retenes. Haremos palanca con el destornillador sobre el mango, muy lentamente pero con fuerza constante, porque está encajado muy fuerte y hay que superar la elasticidad que el retén hace sobre el alojamiento de este. Iremos cambiando de lado para facilitar la extracción.
Para sacar los rodamientos usaremos un botador grueso y un martillo. Como la rueda está separada de la mesa gracias a los tacos de madera, los sacaremos de una vez. Es importantísimo que vayamos golpeando en lados distintos del rodamiento alternativamente, para que éste no se gire y se quede enganchado en el alojamiento. Si esto pasara se deberá dar la vuelta a la rueda y golpear el rodamiento para volver a meterlo en su sitio y vuelta a empezar. Nunca hay que forzar si se queda trabado porque podríamos dañar el alojamiento y esto podría ser nefasto.
Cuando tengamos los rodamientos fuera, limpiamos muy bien los dos alojamientos de los cojinetes con disolvente y eliminamos cualquier resto de metal o residuos que puedan quedar en estos.
Golpeamos suavemente en puntos circulares sobre la pista exterior de l rodamiento con la maza de nailon. Lo mismo que para sacarlos, es muy importante que no se giren al meterlos. De esta acción dependerá en mayor medida la duración del rodamiento. En muchos talleres los meten a toda prisa y sin cuidado y quedan ligeramente inclinados. Aparte de estropear el alojamiento, el rodamiento no trabaja correctamente en el eje axial y las bolas de su interior reciben una carga indebida para la que no han sido diseñadas. Conclusión: al cabo de unos pocos miles de kilómetros se han roto de nuevo.
Tras colocar el primer rodamiento, le damos la vuelta a la llanta e introducimos el distanciador. Untamos de grasa el segundo alojamiento y encajamos el otro rodamiento.
Pondremos grasa de nuevo sobre los labios de los retenes y colocaremos los distanciadotes de la horquilla. Colocaremos la rueda en su sitio.
Con la rueda aún levantada, comprobar que ésta gira libremente. Montar el guardabarros y apretar varias veces la maneta de freno hasta que notemos que va dura para que la presión del circuito vuelva a ser la correcta.
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